Dos triángulos equiláteros superpuestos invertidos de modo que su centro coincida conforman la figura de una estrella de seis puntas, llamada la estrella de David o sello del rey Salomón, símbolo identitario del Judaísmo. Es la expresión geométrica de un verso bíblico muy valorado en el judaísmo para indicar la relación entre Dios y los hombres: Yo soy de mi amado y mi amado es mío (Cant 6-2).